lunes, 12 de noviembre de 2012

De Renoir

Lola está sentada frente a mí y me pasa la sal con gesto preocupado. Es una situación incómoda porque una señora anacrónica, con una pamela sacada de un cuadro de Renoir, se ha sentado a nuestra mesa, entre las dos y nos importuna cada vez que iniciamos la conversación.
–No deberías ponerte tanta sal –me incordia.