lunes, 29 de diciembre de 2014

Cucharillas

Nadie conoce la esencia verdadera de una cucharilla. De entre todos los cubiertos resulta el más aburrido. Por eso pasa desapercibida su obstinación profunda de acumularse por los rincones. Digamos el fregadero, los bajos del lavavajillas o incluso la misma basura. 
Si de verdad prestáramos atención, si supiéramos leer las señales, hace tiempo que habríamos actuado. Porque esa acumulación, esa repetición constante de su presencia no es casual. Encubre el hecho de que se multiplican. En esos rincones las cucharillas se reproducen, diversifican y agolpan como ejércitos de objetos apelotonados en las fronteras del enemigo. Ellas se fecundan, proliferan y se empoderan siempre a la espera de que el plano se incline, nuestra realidad vibre y se produzca esa intersección de nuestros universos. Entonces, ya será tarde y entrarán de golpe para llevar hasta las últimas consecuencias esa esencia secreta y oculta de cucharilla.