viernes, 8 de mayo de 2015

Del revés del izquierdo

Para ponerse un jersey del revés, tiene que existir también el jersey del derecho. 
El jersey del derecho no tiene que ver con el del izquierdo. El jersey del izquierdo vive en los espejitos. 
Cuando los jerseys del izquierdo se dan la vuelta ya no tenemos ni nombres para eso.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Hospital provincial

Aquí se almacenan los hombres rotos. Las habitaciones están numeradas y los hombres rotos de dentro también. Cada una tiene al hombre número uno y al número dos. En torno a ellos hay personas que los llaman papá, primo, hermano... Son lo que quedarán de los hombres rotos cuando se hayan ido: los encargados de recordarlos. 
A veces los hombres terminan por romperse del todo. Otras, se medio arreglan y los ves con remendones por los pasillos.

lunes, 4 de mayo de 2015

Moncófar II

Los hombres se apilan en los bares. Las mujeres se beben en las cocinas. El trabajo se atrapa porque escasea y ya no es para los de fuera del pueblo. Los de fuera se reúnen dentro del pueblo, en la plaza. El alcalde promete empleos en el bar. Las elecciones se pierden (o se ganan) por siete votos. Y cuando alguien habla de ti en este pueblo, se cita a tu madre, a tu abuela y a todo tu árbol genealógico porque tú no te explicas sin él. O también porque tú lo reexplicas con tu existencia. Y en el cementerio los apellidos no son más de nueve o diez, y se repiten, alternan y modifican. Hay Vicentas, Vicentetas, Vicenticas, Vicens o Vis. Y yo creo ver a tu padre por las calles, pero tu padre está en el hospital. Yo sólo veo la tipología de hombre que es tu padre. Y los abuelos van en bicicleta y las mujeres son longevas.

sábado, 2 de mayo de 2015

Moncófar I

En las calles de Moncófar plantan todas la mañanas abuelos-macetas. Los ponen así, juntitos, al sol, para que se aireen y les dé la salud. 
Algunos crecen en sus pechos hojitas y también saludos que brotan de sopetón cuando pasas por su lado.

viernes, 1 de mayo de 2015

Arganzuela I

Un perro atado a un árbol. Perro-cuerda-árbol. El perro echa raíces. El árbol se desarraiga y camina. La cuerda se tensa. Las mañanas en el barrio son así: personas -que son cruces de otras personas- salen de puertas; personas -que son adioses y holas- entran en puertas; trasiego de coches en medio. Y perros-cuerdas-árboles que esperan en la tensión de la pausa-movimiento.