miércoles, 3 de julio de 2013

Suicidios cotidianos I

El perro se topó con la calzada donde menos la esperaba ya, en el cruce perfecto que formaban su deseo de no atravesarla y la necesidad de estar al otro lado. Fue ese debate y no el coche plateado a 150 kilómetros por hora el verdadero elemento mortal de aquel desenlace.

2 comentarios:

  1. Todo deseo implica un riesgo. Y el miedo se hace insoportable cuando se olvida lo efímera que es la vida. Es entonces cuando vivir es como morir y ...querer estar vivo tiene el riesgo de perder la vida.
    :-) genial como escribes.

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    1. :)
      Las fronteras del deseo, qué gran escenario para viajar

      Gracias!

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